domingo, agosto 13, 2017

¿Cómo se beneficia un ciudadano de las Estancias Infantiles?











SANTO DOMINGO. ¿Cómo se beneficia la familia, los niños y las niñas de las denominadas Estancias Infantiles? ¿Qué programas de formación reciben los infantes en esos centros? ¿Qué proceso agotan para ingresar y qué cuidado reciben?

Diario Libre visitó el Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) Brisas del Norte y uno de los Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia (CAFI) que operan en el municipio de Andrés, Boca Chica, y conversó con tutores, docentes y técnicas del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI) que describieron las dos caras de uno de los ejes centrales del Gobierno que busca garantizar el desarrollo sostenido de las generaciones del porvenir.

Como parte del programa Quisqueya Empieza Contigo (QEC), concebido en el marco del plan Quisqueya Sin Miseria que coordina la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia (DIGEPEP), el Gobierno dominicano destinó en el Presupuesto General del Estado del año 2013 la suma de unos 47,300 millones de pesos para la construcción, en una primera etapa, de cien Estancias Infantiles.

De esas cien contempladas para enero de 2016, suman 96 las que hoy operan a nivel nacional.

Para gestionarlas el Gobierno creó el Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI). Allí nacen las dos modalidades de centros de atención a los niños, las niñas y a las familias (los CAIPI y los CAFI).

Los Centros de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) son espacios destinados para el cuidado permanente de niños y niñas en situación de vulnerabilidad multidimensional. Así los describe la coordinadora nacional de las denominadas Estancias Infantiles, Ana Raquel Cabrera Pimentel.

“A CAIPI va un niño o una niña que precisa de una atención institucionalizada. Un niño que está siendo cuidado por otro niño; un niño de padres adictos, un niño o niña que en su hogar prima la inestabilidad en diversas formas”, expresa Cabrera.

Yokasta Soto, directora del CAIPI, indica que en Brisas del Norte del municipio de Andrés, Boca Chica.

En los CAIPI los niños son recibidos desde los 45 días de nacidos hasta los cuatro años y 11 meses. Allí agotan un programa de estimulación temprana y de formación por espacio de nueve horas y media de lunes a viernes (de 07:30 de la mañana a 05:00 de la tarde) y reciben cinco comidas elaboradas bajo un estricto esquema de nutrición.

Cada CAIPI tiene un cupo limitado de 226 niños distribuidos en 10 salas de acuerdo a sus edades. A excepción de las de lactantes -concebidas para las madres que deseen amamantar en horario distendido-, cada sala cuenta con una agente, licenciada en Educación Inicial, y una asistente calificada.

Tanto en los CAIPI como en los CAFI los niños, las niñas y las familias interactúan, además, con agentes de salud emocional y de nutrición, que cumplen el mismo horario que los 40 facilitadores y los facilitadoras de los centros.

Al completar los programas de formación, los niños y las niñas pasan automáticamente a la jornada escolar extendida. “Cada niño que ingresa a un CAIPI o a un CAFI tiene un cupo garantizado en las escuelas públicas. Consumado el proceso, procedemos a darle seguimiento por un año”, expresa Cabrera.
¿Cómo ingresan los niños y las niñas a las Estancias Infantiles (o CAIPI’s) y a los CAFI’s?


Los CAIPI’s no son centros abiertos. Los niños y las niñas que ingresan pertenecen a una red regulada por el Departamento de Participación Comunitaria del INAIPI.

Es a través de un diagnóstico a comunidades en situación de pobreza y vulnerabilidad que se identifica los 1600 niños y niñas (desde el embarazo hasta los cuatro años y 11 meses) que pasarán a formar parte de esa red -compuesta por un CAIPI y cuatro CAFI-.

“Con una ficha diagnóstica nosotros identificamos los servicios que hay en esa comunidad para esos niños; vamos casa por casa a conocer la situación de las familias, su condición socioeconómica. Después procedemos a introducir los datos obtenidos en un sistema que, mediante algoritmos, nos arroja los 1600 niños y niñas que formarán la red y nos detalla cuáles van a los CAIPI y cuáles van a los CAFI”, explica Cabrera Pimentel.

A diferencia de los CAIPI, los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAFI) son abiertos a la comunidad, expone Altagracia Olivo, coordinadora nacional del programa.

Cada CAFI acoge a 368 niños y niñas que asisten dos veces por semana por espacio de tres horas entre la mañana y la tarde.

“A CAFI van los niños que tienen un cuidador permanente, una abuela, una madre, un padre, tío o tía. Distinto a los CAIPI, aquí los niños y las niñas no están semi-internos, sino que asisten dos veces por semana al centro y los días que no asisten un grupo de animadoras los visita en sus casas”, agrega.

Al igual que en los CAIPI, en los CAFI los niños y las niñas desarrollan una rutina normal de educación inicial que va de la mano con un plan de capacitación y sensibilización familiar sobre temas de alimentación, higiene y protección.

En los hogares, las animadoras se apoyan en la estrategias de formación a las familias. “Nosotros contamos con un equipo de animadoras comunitarias que acompañan permanentemente a las familias hasta que los niños ingresan a la escuela formal. Para esos fines realizamos talleres de formación para la estimulación temprana desde el hogar”, expresa Olivo.


Fuera del aspecto formativo, la modalidad de los CAFI fue diseñada para conocer lo que sucede en el seno de los hogares de niños y niñas y prevenir, mediante indicadores preventivos, casos de violencia intrafamiliar y de género, así como para atender las necesidades perentorias de los infantes desde el hogar.

En un ambicioso plan de cara al año 2020, cuando concluye el segundo mandato del presidente Danilo Medina, se contempla la construcción de una Estancia Infantil por plantel escolar, lo que conllevaría, en efecto, la integración de una red de tres o cuatro Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAFI)’s por unidad en aras de definir marcos de oportunidades a futuro para miles de niños, niñas y familias.

Al día de hoy, los resultados de los estos programas, tanto del CAIPI como del CAFI, cuentan con el aval de organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Podemos decir también que hoy en día los CAIPI y los CAFI son la otra puerta de entrada al Seguro Nacional de Salud (SeNaSa)”. Priorizamos el ingreso del niño o la niña, pero procuramos siempre la integración la familia”, Altagracia Olivo.


Con la reciente firma del pacto para el Registro Oportuno de Nacimiento entre la Dirección de Programas Especiales de la Presidencia (DIGEPEP), el Ministerio de Interior y Policía (MIP), el Ministerio de Salud Pública y la Junta Central Electoral (JCE), el INAIPI suma a su red de servicios la facultad de gestionar la documentación de los infantes desde los CAIPI y los CAFI.










Diario Libre

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