lunes, marzo 09, 2020

¿Por qué Anyolino?


Por: Robert Cabrera
robertpcabrera@hotmail.com

Tamboril; R.D.- 9 de marzo de 2020.- Recuerdo una entrevista que se le hiciera al expresidente de la República Dr. Leonel Fernández, en la que se le enrostró el haber hecho la mayoría de las inversiones en Santo Domingo y una cantidad muy mínima en el interior del país.

Fernández respondió a los entrevistadores, que los inversionistas extranjeros llegaban a las capitales de los países y si estas presentaban síntomas de pobreza, esas inversiones se iban a otros países.

Por eso Leonel se vio en la necesidad de transformar a Santo Domingo y abandonar un poco el resto del país.

Los que hemos tenido la oportunidad de viajar a diferentes países, nos encontramos con situaciones similares o aún peores. Por ejemplo, Panamá que es el país con el que disputamos el crecimiento económico anual, que tiene ingresos multimillonarios con las recaudaciones del canal, tiene una capital imponente, pero luego de salir de ahí, los pueblos son pobres y muchos de ellos con condiciones viales muy malas.

La economía más grande del mundo, Estados Unidos de América, tiene más de 20 millones de personas pobres que viven en las calles, durmiendo sobre cartones.

Y es que ningún pueblo tiene recursos económicos para hacer todo lo que hace falta.

Vi en las redes sociales que alguien dijo que el desarrollo de Tamboril era por las inversiones de los comerciantes e industriales, no del ayuntamiento. Ahora bien, ¿por qué llegan esas inversiones a Tamboril? Llegan porque tenemos un alcalde que ha trabajado con un plan de desarrollo, que ha traído como resultado, la confianza en la inversión local.

Con la implementación de la energía de 24 horas, con calles y carreteras en buen estado, con estancias infantiles para que las madres puedan dejar a sus hijos protegidos, mientras trabajan, con una recogida eficiente de los desperdicios sólidos y un crecimiento poblacional de alrededor del 15%, los dueños de capitales, no dudan en invertir en el municipio que les ofrece las condiciones necesaria para asegurar sus capitales.

Anyolino no está haciendo promesas en el aire, tiene un trabajo que mostrar y ha iniciado los trabajos que faltan por hacer.

Ya se comenzó a trabajar en el asfaltado de Los Betemit, que lamentablemente las lluvias han detenido. Previo a estos trabajos, el ayuntamiento canalizó las aguas que inundaban el lugar a un costo aproximado de los 3.5 millones de pesos.

La carretera de Guazumal a Los Cacao, la de Arroyo El Toro, el deslizamiento de la Daniel Ariza y otras obras que faltan por hacer, están ya asignadas a las empresas que harán los trabajos, que se encuentran en la etapa de la planificación.

Anyolino tiene un programa de trabajo, que es viable y que llegará a todos los sectores del municipio.

La oposición ofrece obras que no puede cumplir, porque los recursos del ayuntamiento no son tan grandes para las inversiones de lo prometido.

Un triunfo de los opositores del PRM, nos llevará a escuchar el mismo discurso, de que no se han hecho las obras por falta de dinero. Que cuando ellos estuvieron en el poder, la vez pasada, un galón de gasolina costaba 100 pesos y hoy cuesta más de 200, que el cemento era a 30 pesos y hoy pasa los 100 y una serie de argumentos por los cuales no podrán cumplir con lo prometido.

Es muy fácil escuchar a candidatos a regidores de la oposición ofrecer grandes obras, sin saber de donde saldrá el dinero a invertir.

La obra de Anyolino está ahí, a la vista de todos y sus promesas son ya realidades.

Equivocarnos el domingo 15 a la hora de votar, puede lanzar al vacío a un pueblo que ya se acostumbró al crecimiento, al desarrollo, al progreso.

Tamborileño, aquellos que atacan a todos los que defendemos la gestión de Anyolino, hablando de que protegemos un cheque, solo expresan lo que su subconsciente piensa, en que el cheque que imaginan, será para ellos.

Se reparten los cargos sin haber ido a las urnas, porque tienen sed de virar la tinaja de oro que sus mentes ven en el ayuntamiento.

Este domingo, la decisión  es tuya. Seguimos por el camino del progreso o volvemos al retroceso. 

Piénsalo, con Anyolino, el barco no se hunde.

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