A diferencia de lo que ocurre con otros productos, en el caso del arroz, los precios no los fija por la libre o por antojo el productor, ni el molinero, sino que los determina cada año la Comisión Nacional Arrocera (CONA), dejando establecido un piso y un techo de precios.
Esa comisión no ha dispuesto ni aumento ni baja del costo del cereal y es posible –luego de un tiempo sin reunirse- que el encuentro oficial para ver el tema en detalle entre sus integrantes se produzca a mediados de la semana entrante. El país produce entre 12 y 13 millones de quintales de arroz por año, dependiendo de si logra cosechas buenas o muy buenas. Es una cantidad que cubre la demanda, porque el país no siempre lo consume todo, y a menudo queda una parte en reserva o resguardo.
La CONA está integrada por una representación de los productores de arroz, una representación los procesadores privados o dueños de factorías (molineros), una representación de los parceleros de Reforma Agraria y una de las autoridades del sector público, en este caso del Ministerio de Agricultura. Ayer, el presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), Mauricio María, pidió al país no dejarse confundir por algunos dirigentes del comercio de provisiones que han advertido que la libra del citado cereal podría colocarse a 40 pesos en los próximos días, tomando en cuenta, según Mauricio, que no hay razones de peso para ese incremento.
El dirigente, que es dueño de un molino arrocero, garantizó que los productores están dispuestos y tienen capacidad para colocar arroz en cualquier parte de la capital en cantidades suficientes, a razón de 2,500 o 2,600 pesos el saco de 125 libras, lo que significa que cada libra tendría un costo de entre 20 y 20 pesos con 80 centavos, precio base actual.
“Lo que en el país se va a importar a través del Tratado de Libre Comercio con EE.UU, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), para cumplir con lo establecido en ese acuerdo, está decidido hace mucho. Pero estos comerciantes, que siempre están intentando buscársela como sea, lo que quieren es que les autoricen permisos de importación para sacar ventaja, sin importar que se destruya la producción nacional. Como hay un gobierno nuevo, esos comerciantes piensan lograr con presión esos permisos. Con tal de ganarse unos pesitos no les importa destruir el campo. Están acostumbrados a eso”, dijo el directivo.
La siembra de arroz en República Dominicana se divide en dos etapas: la de primavera, que inicia en diciembre y finaliza en mayo, y la segunda que va de junio a noviembre.
Si hay pignoración, eso debería evitar sobresaltos
Según un inventario realizado de la recolección de la cosecha anterior, todavía hay en almacén 3.1 millones de quintales de arroz. Y a eso hay que sumar el que entrará vía los contingentes arancelarios contemplados en el DR-Cafta para 2021, del cual se autorizó importar 93,280 toneladas métricas.
El Gobierno mantiene un programa de pignoración que permite mantener en almacén o silos todo el arroz que es cosechado pero no demandado.
El Caribe.
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