Por: Robert Cabrera
robertpcabrera@hotmail.com
19 de abril de 2021.- El 18 de abril de cada año está destinado a conmemorar el día del locutor, el profesional que a través de la palabra hablada, lleva a los hogares información, orientación y alegría.
Un oficio mal pago y amenazado con la extinción, por la automatización de los medios y la contratación de extranjeros, ignorando la calidad del material nativo.
A pesar de la preparación necesaria para el ejercicio correcto de la comunicación hablada, los locutores no disfrutan de la seguridad social a la que como ciudadanos tienen derecho.
La mayoría de los locutores terminan sus días en condiciones económicas deplorables, enfermos y sin siquiera tener la cobertura para sus costosos tratamientos médicos.
Por unos años, cada 18 de abril, el presidente de la República Dominicana de turno, otorgaba una pensión a treinta o cuarenta locutores, lo que era esperado con ansias, para mitigar la miseria en la que muchos viven, sin fuerzas ya para ejercer su labor.
El expresidente Danilo Medina, no pensionó a los locutores como se acostumbraba y tras ocho años de espera, los profesionales de la palabra vieron una luz al final del túnel, con la llegada al poder de Luis Abinader y con él, la esperanza de que esta vez se retomarían las pensiones.
Aun mayor fue la esperanza, cuando el presidente pensionó en su día a 44 periodistas, lo que hizo pensar que haría lo propio con los locutores.
Para sorpresa de todos, esta vez, desde el gobierno no hubo siquiera una felicitación oficial.
El locutor ha sido abandonado por el gobierno y sigue condenado a morir, sin ver hecho realidad el sueño de una pensión que le permita vivir con decencia sus últimos días.
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