viernes, junio 11, 2021

La República Dominicana privatiza y domestica su deuda pública




En el año 2011 el 75.7 % de la deuda pública estaba clasificada como “deuda oficial” y el 24.3 % como “privada”. Al cierre de diciembre del año 2020 la situación se revirtió y la composición quedó en 27.8 % para la clasificación oficial y 72.2 % para la privada.


El cambio del perfil se debe a que la República Dominicana lleva una década disminuyendo su dependencia crediticia de las fuentes multilaterales y bilaterales de financiamiento y aumentando sus vínculos con los acreedores privados, que son los bancos y compradores de bonos soberanos.

El movimiento de “privatización de la deuda” corre paralelamente con una importante fluctuación en la participación de la deuda interna como proporción de la deuda pública total.

También con pérdida de participación de algunos acreedores oficiales en la categoría bilateral que como Estados Unidos, Brasil y Venezuela tienen muy disminuidas sus carteras de préstamos a República Dominicana. Además, algunos prestamistas o acreedores multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial han bajado su participación en la formación de la deuda del sector público no financiero dominicano. Para el 2011 el BID suplía el 18.9 por ciento de la deuda externa del país y el Banco Mundial el 7.3 por ciento. Sin embargo, para diciembre del 2020 esa participación cayó a 13.4 por ciento para el Banco Interamericano de Desarrollo y a 3.8 por ciento para el Banco Mundial, cuyo nombre es Banco para Reconstrucción y Fomento.
Dentro de los acreedores multilaterales, el Fondo Monetario Internacional, que es una especie de prestamista “de emergencia”, ha reflejado una presencia crediticia sin consistencia. Del 2015 hasta mediados del 2020 se mantuvo sin cartera vigente en República Dominicana, pero cerró a diciembre pasado con un balance acreedor de US$687.6 millones, que equivalían al 2.2 por ciento de la deuda externa dominicana.

La semana pasada el Ministerio de Hacienda anunció que el Gobierno aplicará una nueva política de deuda pública, basa en buscar financiamientos internos y en organismos multilaterales.

En la práctica, la ejecución de deuda de los últimos años había estado reflejando un descenso constante de la participación de los préstamos multilaterales y hasta bilaterales (organismos internacionales y gobiernos extranjeros), y una inclinación con crecimiento neto en el endeudamiento interno.

Al 31 de diciembre el monto acumulado de deuda interna ascendía al equivalente a US$13,919.8 millones, representando un 31.2 por ciento de la deuda pública y un 17.7 por ciento del producto interno bruto (PIB). Para la misma fecha la deuda externa sumaba US$30,702.5 millones, para una ponderación de un 68.8 por ciento de la deuda total y una equivalencia del 38.9 por ciento del PIB.

Diez años antes, en el 2010, la deuda interna sumaba US$4,871.1 millones, representando el 32.9 por ciento de la deuda total y el 9.0 por ciento del PIB, mientras que la deuda externa ascendía a US$9,946.9 millones, igual al 67.1 por ciento de la deuda pública del SFNF y un 18.5 por ciento del PIB base 2007.

En 2010 la deuda privada ascendía a US$2,132.5 millones, representando 21,4 por ciento de la deuda total, y de esa composición el endeudamiento por emisión de bonos sumaba US$1,822.1 millones, para un equivalente de 18.3 por ciento de la deuda pública. Al 31 de diciembre del 2020 el monto de la deuda privada se había situado en US$22,174 millones, con una ponderación del 72.2 por ciento de la deuda total, con un balance US$22,164.9 millones de deuda en bonos.

En cambio, la deuda oficial era hace 10 años de US$7,814.4 millones, que representaban el 78.6 por ciento de la deuda externa, para entonces con un valor acumulado de US$9,946.9 millones. El mayor valor de la deuda oficial correspondía a la deuda bilateral, que es la contratada con gobiernos, que acumulaba un balance de US$4,073.8 millones, para una representación del 41 por ciento de la deuda externa. Para entonces, Venezuela era el principal suplidor de deuda bilateral de República Dominicana, con un monto de US$1,858.3 millones, que equivalía al 18.7 por ciento de la deuda externa dominicana. En 2010 estaba en pleno apogeo el programa Petrocaribe, por el cual Venezuela suministraba petróleo al país, financiado en condiciones blandas. El monto de deuda Petrocaribe en 2010 era de US$1,849.5 millones. Otros grandes acreedores bilaterales para esa fecha eran Brasil (US$624.0 millones), España (US$392.3 millones) y EE.UU. (US$313.8 millones).

Lo que ha ocurrido una década después del 2010

Una década después del año 2010, la deuda oficial se colocó en US$8,528.0 millones, casi el doble en cifra absoluta de la del 2020, pero con una ponderación de solo un 27.28 por ciento de la deuda externa, y con una drástica reducción a US$1,945.7 millones de la deuda bilateral, que cayó al 6.3 por ciento de la deuda externa. Para el 2020 la deuda con Estados Unidos prácticamente estaba saldada, con un balance de apenas US$7.3 millones, y la contratada con Venezuela también estaba minimizada, con un balance de apenas US$54.3 millones.

Con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, los dos principales suplidores de deuda multilateral, las acreencias reflejaban reducciones importantes en la composición de la deuda externa de la República Dominicana. En el año 2010, cuando la deuda multilateral sumaba un total de US$3,740.6 millones y representaba el 37.6 por ciento del financiamiento recibido por el país desde el exterior, esos organismos eran los prestamistas uno y dos, con carteras sucesivas de US$1,977.7 millones y US$864.8 millones. El Banco Interamericano suplía entonces el 19.9 por ciento de la deuda externa dominicana y el Banco Mundial el 8.7 por ciento.

El Caribe.

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