lunes, octubre 04, 2021

Asesinato de arquitecta vuelve a salpicar a la Policía Nacional.




Por: Robert Cabrera

robertpcabrera@hotmail.com

Santo Domingo; R.D.- 4 de octubre de 2021.- El horrendo crimen cometido la noche del sábado por un cabo de la Policía Nacional, en perjuicio de una joven arquitecta, salpica de nuevo la muy cuestionada institución.

Si bien es cierto que un hecho cometido por un miembro de cualquier institución, no debe embarrar a todos sus miembros, en el caso de la Policía Nacional, la ambivalencia de las informaciones emitidas acerca del caso, hacen que la ciudadanía pierda la credibilidad en una institución que se presume protectora de la población y contrario a su escencia, lo que infunde es desconfianza y temor.

En el caso del crimen cometido contra la arquitecta Leslie Rosado, el primer informe policial, habla de que el matador, cabo Janli Disla Batista, mató a la joven de 35 años de edad, "sin querer", en evidente defensa del criminal, que a todas luces persiguió a su víctima con la intención de quitarle la vida.

Luego de ese informe, la vocera de la Policía, aparece dando una información diferente.

La teoría del matador, es que la joven que salía del cumpleaños de su padre, impactó el motor en el que el cabo transitaba, junto a su esposa embarazada y dos hijos, de dos años el mayor y apenas 8 meses el otro.

Disla dice que al alcanzar el vehículo condicido por Rosado, al intentar romper el cristal delantero, se le dispará su arma de reglamento, impactando en la cabeza a la víctima, falleciendo al ser trasladada a un centro de salud de Boca Chica, a bordo del motor del propio victimario.

Todo esto sucede delante de una hija menor que acompañaba a la víctima al momento del hecho.

El policía criminal, comienza violando la Ley, cuando a bordo de un motor, lleva a cuatro familiares, y a su esposa embarazada.

Mirando la foto del vehículo, se observa que este fue impactado en la parte trasera izquierda, lo que evidencia que, quien impactá el vehículo fue el motor.

El documento emitido por los médicos del hospital de Boca Chica, señala que ninguno de los ocupantes del motor que conducía Disla, presenta Traumas, ni rasguño alguno, por lo que aparentemente,  no hubo una caída abrupta.

Otra de las evidencias que demuestran que el cabo Disla disparó adrede, es que de haberse disparado el arma, debió aparecer en el lugar del hecho, uno y no dos casquillos de bala.

Según testigos, el policía, persiguió a la hoy occisa, e hizo varios disparos, hasta que se colocó a su lado, disparándole el tiro mortal.

Los que conocemos el lugar en el que ocurrió el accidente, saben que es una zona de mucho peligro y pudo ser que la joven no se detuviera al momento de ser impactado su vehículo, temiendo que se tratara de un atraco.

Lo cierto es que este caso, en el que la institución ha querido, en principio proteger a su miembro, lo que ha logrado es que el ciuidadano común, sienta temor de los  miembros de la uniformada, más que de los delincuentes.

Ya son varios los casos de personas que han perdido la vida a manos de agentes de la policía en diferentes hechos, lo que genera en la población miedo y animadversión contra los miembros de la institución.

La gente pide la destitución del Director de la Policía Nacional, ya que se percibe en este, torpeza en el manejo de sus funciones y poco carácter para dirigir una institución que que en lugar de preservar el orden, es vista como una asociación de malechores.

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