miércoles, febrero 16, 2022

En República Dominicana, perdemos la memoria histórica.

 




Por: Robert Cabrera

robertpcabrera@hotmail.com

16 de febrero de 2022.- Los que hemos tenido la oportunidad de conocer varios países, habremos notado que en cada uno de ellos, se conservan los monumentos históricos, las casas donde han nacido sus políticos, sus héroes o donde se han reunido grupos que han cambiado el curso de su historia.

No se concibe que, un país cuyo principal ingreso viene precisamente del turismo, le de tan poca importancia a sus monumentos históricos.

Viene al caso este tema, porque la casa donde nació el doctor Joaquín Balaguer en Navarrete, hoy es ocupada por haitianos y sabiendo como viven los ciudadanos del vecino país, solo resta esperar su destrucción total.

Peor suerte ha corrido la casa del presidente Horacio Vásquez y la autora del Himno a las Madres, doña Trina de Moya, ubicada en el municipio de Tamboril, que se ha ido cayendo a pedazos, con la promesa del presidente Luis Abinader de restaurarla y convertirla en un museo, lo que se ha quedado en retórica.

Da pena ir al cementerio indígena en la carretera que une a Moca y la Vega, cerca de Cutupú. Ese lugar que estuvo en buenas condiciones hasta hace unos años, se dejó destruir y los restos de los que allí descansaban, simplemente han desaparecido.

Estos son solo tres de los mucho ejemplos que podríamos mencionar. 

En el caso de la casa de Horacio Vásquez, de la que tenemos pleno conocimiento de los procesos seguidos para conseguir que se restaure, hasta el propio presidente de la República nos ha engañado, enviando comisiones hasta con fecha de entrega, porque ese monumento representa para él, contribuir desde su posición con un deseo de su fallecido padre, quien nació en el municipio de Tamboril.

El dominicano aspira a que en algún momento, llegue al poder un gobierno sensible, que valore la importancia de conservar nuestros escenarios históricos.

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