Razonando
Alejandro Espinal
Por Alejandro Espinal
La ciudad de New York parece estar de vuelta a los años ochenta donde la violencia y la delincuencia estaban por encima de la ley y el orden.
Los noticiarios de radio y televisión, así como los periódicos impresos y digitales, se han convertido en crónicas rojas donde no alcanzan los espacios para reseñar todos los acontecimientos de atracos, robos y pleitos entre pandillas.
La policía de New York, con 34,500 miembros, es considerada como el cuerpo del orden más grande y preparado de la nación Norteamérica. Ahora luce como enredado entre sus propios pies sin poder dar respuesta a la gran cantidad de violaciones a las normas y costumbre de una sociedad civilizada.
Se recuerda que en la gestión del pasado Alcalde Bill de Blasio, le retiraron del presupuesto anual mil millones de dólares, acortando así su capacidad de acción.
Hay un malestar entre los miembros de la uniformada. Los delincuentes ya les perdieron el miedo y respeto, igual a la justicia de la llamada capital del mundo.
Las plazas públicas y el Metro se han vuelto lugares de terror donde cualquier individuo te pasa por el lado y sin mediar palabras, te acuchilla. Por igual crecen los casos de personas lanzadas a los rieles del tren o golpeadas en las estaciones.
Hace dos semanas un afroamericano lanzó en la cara de una mujer hispana, que esperaba la llegada del tren, una bolsa de heces fecales. El sujeto fue detenido luego y posteriormente puesto en libertad sin fianza por una jueza, no obstante ser el acusado reincidente con un prontuario de delitos.
Los tiroteos y exhibición de armas de fuego están en toda parte, a los que ni los hospitales escapan.
Día tras día se va agrandando la cadena de delitos.
El pasado miércoles una joven madre dominicana fue atracada a punta de pistola en el mismo vestíbulo del edificio donde reside en el condado del Bronx. Los desaprensivos colocaron un arma de fuego en la cabeza de su niño de tres años con una condición de autismo. Luego cargaron con su cartera con dinero, documentos y un celular. Huyeron en su vehículo, el cual fue abandonado más tardes.
Los robos de vehículos se han puestos de moda en los 5 condados, así como el despojo de piezas como el Catalítico, el cual sirve para catalizar los gases de los combustibles. También roban los espejos retrovisores.
Últimamente es común ver automóviles montados en canastos utilizados en la distribución de leche, porque les han robado los neumáticos y los aros.
Los residentes neoyorquinos tienen temor de salir a las calles y piden al nuevo Alcalde Eric Adams, que no pierda más tiempo y ponga un alto a la delincuencia y la violencia antes que los antisociales se adueñen por completo de la ciudad que no duerme.
El incumbente municipal es un antiguo oficial policial del que se espera manos duras para devolverle la tranquilidad a La Gran Manzana, erradicando el crimen, el robo, los asaltos. De lo contrario a Dios que reparta suerte.
La paz y la tranquilidad debe volver a esta ciudad que alberga a personas de todo el mundo con el deseo de lograr el sueño americano.
De ahora.
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