sábado, abril 14, 2018

Trump encara serias crisis y una baja en popularidad



Guarionex Rosa | ANALISTA POLÍTICO

El presidente Trump, está lidiando esta semana con varias crisis internacionales de envergadura y otras de carácter interno que han sacudido su régimen cuando las encuestas de popularidad no lo ayudan, ya que solo el 35% de los electores apoya su gestión.

Con la crisis derivada de su amenaza de bombardear a Siria con misiles, el enojo de Rusia, cuyo presidente Vladimir Putin se reuniría con Trump próximamente, y la espera de un encuentro con el presidente norcoreano, Kim Jon-un, el panorama luce complicado.

Antes de que la controversia con Siria escalara, el gobierno de Trump expulsó de su territorio a numerosos diplomáticos rusos acreditados en Washington, D.C., en Naciones Unidas y Cerró el consulado en Seattle. A su vez 24 países expulsaron a enviados rusos.

La confrontación diplomática no tenía nada que ver con la supuesta interferencia de Rusia en las pasadas elecciones norteamericanas, sino por el ataque con veneno a un ex expía ruso, Sergei Scripal y su hija en territorio británico, atribuido a la inteligencia de Moscú.

Trump amenazó el lunes al gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad con lanzar misiles a ese país en 24 a 48 horas luego de que se difundieran informes de que las fuerzas sirias habían utilizado armas químicas dejando una estela de muertos y heridos en la ciudad de Duma.

El gobernante norteamericano, como la opinión pública de su país, fueron sacudidos por informes, primeramente en la televisión, de la atrocidad que causó entre la población civil de la ciudad de Duma el uso de las armas químicas, ya condenadas por las Naciones Unidas.

La ONU condenó al régimen del presidente Assad cuando empleó hace un año las armas químicas contra los rebeldes armados y la población civil de Jan Sheijún. Siria se comprometió a eliminar esas armas.

Amenaza no se cumple
Tras el anuncio por twuit de que un nuevo ataque a Siria era inminente entre 24 a 48 horas, el presidente Trump retrocedió y dijo por la misma vía que el ataque “podría ser muy pronto o nada pronto”, mientras despachaba portaaviones al Mar Mediterráneo.

El solo anuncio de que Estados Unidos bombardearía a Siria causó conmoción en la región. Siria alertó y protegió las bases militares que pudieran ser objetivos, desalojó los edificios públicos y fue desanidado de su palacio el presidente Assad y su familia.

Aunque Trump anunció esos ataques, el secretario de Defensa, Jamis Mattis dijo el jueves que pese a creer que se produjo un ataque con armas químicas en Duma, no tiene pruebas y que se requeriría una inspección “in situ”, lo que haría un equipo de la ONU.

Mattis, un teniente coronel del Ejército. afirmó ante una audiencia en el Congreso que es riesgoso que un ataque a Siria pueda desencadenar “una escalada fuera de control” en el mayor polvorín del cercano Oriente. Reveló que “aún no hay decisión de atacar a Siria”.

Muller tras Trump
Toda la disparidad ocurre en momentos en que el consejero especial, Robert Muller a cargo de la investigación sobre si Rusia intervino en las elecciones de 2016 que las ganó Trump contra Hillary Clinton, ha perseguido de cerca a colaboradores del presidente.

Muller, ex jefe del Buró Federal de Investigaciones, FBI y reputado abogado de Nueva York, ordenó el allanamiento de dos residencias y una oficina del abogado de Trump, Michael Cohen, donde se hallaron documentos comprometedores que incluyen pagos a Stormy Daniels, una actriz prostituta vinculada al gobernante.

En la mañana del día siguiente al allanamiento en las propiedades de Cohen, el presidente denunció el caso como “una cacería de brujas” y “una situación vergonzosa que marca un nuevo hito de injusticia”. Cohen en cambio, dijo que quienes allanaron habían sido “gentiles”.

Muller parece tener las graderías a su favor. La última encuesta del Washington Post y la cadena de televisión ABC encontraron que 69% de los entrevistados apoya los esfuerzos del consejero especial para investigar la posible conexión rusa con la campaña de Trump.

Trump quiere despedir a Muller pero no se ha atrevido. Preferiría que lo haga su jefe inmediato el vice-procurador Rod Rosentein, quien se ha negado a renunciar y a complacer los pedimentos de Trump para que saque al consejero Muller del juego.

El periódico Político recordó en su edición de ayer que una situación parecida ocurrió en 1973 cuando el procurador general prefirió renunciar tras negarse a botar del puesto al investigador del caso Watergate, Archibald Cox. A la postre, la causa provocó la renuncia del presidente.

Múltiples problemas
Trump tiene múltiples problemas que han trastornado su agenda. Se había anunciado que se reuniría con el presidente de Corea del Norte, King Jon-un, para discutir sobre el desarrollo nuclear y las amenazas de ese país. Todo ha quedado en veremos.

El presidente espera que su designado a la Secretaría de Estado, Mike Pompeo sea aprobado por el Senado, que tiene en la comisión de estudio a once republicanos y diez demócratas. Pompeo recibiría un Departamento con 37 embajadas vacantes incluso la de Santo Domingo.

El pasado jueves se divulgó que el propietario del periódico chismográfico y de farándula, National Enquirer, David Pecker, había pagado a un portero del departamento de Trump, 30 mil dólares por una historia sobre un hijo bastardo que el gobernante tuvo en 1980.

El mismo día The Washington Post divulgó que el ex jefe del FBI, James Comey, publicaría un libro la semana que viene, “A Higher Loyalty”, en el cual deja literalmente “en cueros al presidente”. El gobernante denunció a Comey como “mentiroso y soplón”.

Igualmente el pasado jueves renunció el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, sorpresa que sacudió los medios políticos del país y creó incertidumbre sobre quién tomará el puesto en enero del 2019 después de las elecciones de medio término en noviembre próximo.

Trump, agarrado de la crisis en Siria, canceló su viaje a Lima, Perú, donde se celebra la VIII Cumbre de las Américas y en su lugar envió al vicepresidente, Mike Pence. Se dice que los presidentes latinoamericanos respiraron con alivio porque el norteamericano iría a imponer su protagonismo.

Listin Diario.

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