viernes, septiembre 18, 2020

Tratar una adicción puede costar hasta RD$250,000 a la semana




Doris Pantaleón
Santo Domingo, RD

Tratar una adicción o un trastorno mental a una persona puede implicar a la familia el desembolso de 250,000 pesos por una semana y entre 700,000 y 800,000 pesos por 15 o 20 días de ingresos en un cen­tro especializado privado.

En otros de nivel más moderado o con visión más humanista, el mes de tratamiento puede variar entre 300,000 y 85,000 pe­sos; pero en ningún caso la cifra está al alcance de la mayoría de las familias do­minicanas.

A esto se suma que el país sólo dispone de en­tre 40 y 50 camas para el ingreso y tratamiento de este tipo de trastornos, mostrando un déficit que puede superar el 250% frente a una demanda cre­ciente desde hace años y que ha empeorado como consecuencia de la pande­mia de Covid-19.

La realidad no es aje­na a los especialistas de la conducta humana y sobre todo a aquellos que están vinculados a ofrecer ese ti­po de atención. Este es el caso de Hanoi Vargas, di­rector ejecutivo de la Fun­dación Voluntarios Verda­deros (Volver), quien vive cada día las angustias que pasan familias dominica­nas de recursos medios y bajos cuando uno de sus miembros presenta ese ti­po de conducta.

De ahí que Vargas de­cidió no cruzarse de bra­zos y tiene elaborada una propuesta que presentará próximamente a las autori­dades gubernamentales, pa­ra que se incluya esa aten­ción dentro de la cobertura de la Seguridad Social, de las ARS privadas y del Se­guro Nacional de Salud (Se­nasa) para que toda la po­blación tenga acceso a una rehabilitación de manera digna.

Dijo que el país cuenta apenas con 40 o 50 camas para más de 10 millones de habitantes, por lo que só­lo pueden ingresar perso­nas en condiciones de crisis muy avanzada, por lo que se necesita incrementar esa respuesta entre un 150 a 250%. A esto se suma, pre­cisa, que la inversión en sa­lud mental es urgente, al re­cordar, que a ese servicio se le destina apenas el 0.38% del presupuesto del Ministe­rio de Salud Pública.

El especialista de la con­ducta humana entiende que llegó el momento de que el Estado asuma esa respon­sabilidad, garantizando co­bertura a través de la Segu­ridad Social.

Su propuesta incluye de­sarrollar alianzas público-privadas y crear un plan progreso que permita in­corporar cada vez mayor cantidad de personas a este servicio que responda a un concepto de rehabilitación.

Corta y larga Estadía

Volver cuenta con dos resi­dencias, una de corta y de mediana estadía y larga es­tadía con espacios suficien­tes para una expansión en caso de hacer una alianza público-privada que le per­mita subvencionar la inver­sión en el tratamiento sin perder la calidad y calidez del servicio que merecen ese tipo de pacientes.

Destaca que dentro de las cosas que le diferen­cian de otros servicios de salud mental y tratamien­to de adicciones están que involucra la psicoeduca­ción familiar, la confiden­cialidad, la priorización de la recreación y terapias complementarias como clases de ajedrez, de mú­sica, de deportes y el com­ponente espiritual. La de corta estadía está ubicada en el Distrito Nacional y la de larga estadía en San Pedro de Macorís. El 65% de la demanda que recibe es por adicción y 35% por otros problemas a nivel de salud mental como esqui­zofrenia, psicosis inducida por sustancias, bipolari­dad y depresión mayor.

Inician hasta a los 11 años

La mayor población que re­cibe es jóvenes, pero en los últimos tiempos ha crecido la demanda de atención en­tre adolescentes. Le preocu­pa, señala el especialista, ver que situaciones de conduc­ta están debutando en per­sonas cada vez más jóvenes, incluyendo niños y niñas de 11 años, que ya asumen ac­titudes de desafío a la auto­ridad de los padres e incluso caen en consumo de sustan­cias.

Entiende necesario que el sistema educativo incor­pore la psicoeducación y la enseñanza de la moral y cí­vica.

Sobre el impacto de la pandemia de Covid-19 en la salud mental, Vargas ci­ta que se observa mucho la pérdida de sueño y la ansie­dad por no poder cumplir con compromisos, por los cobros compulsivos y no po­der ser el proveedor familiar como antes, por lo que bus­can evadir o para desconec­tarse de la realidad caen en el uso y abuso de sustancias psicoactivas, pastillas para dormir y alcohol, y violencia intrafamiliar.

También se observan episo­dios de depresión y estado de melancolía fruto del distancia­miento, algunos de los cuales terminan en suicidios. Volver surgió en 2005 y su logo es una R al revés, inspirado en el pasaje bíblico del hijo pródigo, para que las personas dejen la vida tóxica, disfuncional, lesi­va a la salud y a la familia, pa­ra retornar.
Listin Diario


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