Por: Robert Cabrera
robertpcabrera@hotmail.com
11 de enero de 2022.- La Asociación de Locutores de Santiago, está inmersa en un proceso eleccionario, tendente a elegir la directiva que dirigirá su destino por los próximo dos años.
Desde hace varias gestiones, solo una plancha participaba y el proceso de votación ratificaba a los integrantes de la misma, como directivos por dos años.
He tenido la responsabilidad de servir a cinco de las gestiones más recientes, desde diferentes posiciones y lo he hecho con gusto, pensando que con ello, he podido hacer un humilde aporte a la clase locutoril a la que con orgullo pertenezco.
Escuché durante los últimos años, muchas alabanzas a Alberto Mota y a Frank Rodríguez, quienes han dirigido la asociación en los últimos cuatro períodos.
Sin embargo, en esta ocasión en la que se presentan dos planchas, me duele ver como, de una manera poco elegante, los adversarios de cada plancha participante, descalifican a sus contrincantes.
A mis casi sesenta y siete años de edad, cada paso que doy, me lleva a reflexionar, si es o no prudente. Estuve fuera de las dos últimas directivas y a petición de Frank Rodríguez acepté esta vez, ser el tesorero de la organización.
Para mi mala suerte, mi gestión coincide con el cierre del país por la pandemia del Coronavirus, lo que no permitió el acceso al Banco donde está la cuenta de la ALS, por lo que la misma, no fue actualizada y sigue a nombre de Frank Rodríguez y Bernardo Germosén, este último, pasado tesorero.
Dado que sé de la honestidad de ambos locutores, nunca me ha preocupado esa situación, porque ninguno de ellos sería capaz de hacer mal uso de los fondos de la asociación.
Como humanos, la directiva actual y las pasadas, han cometido errores, pero puedo asegurar, que ninguno de ellos ha sido intencional, por lo menos en la actual.
En una organización donde se administran escasos recursos, los directivos tienen que hacerlo todo, porque no tenemos una secretaria, un cobrador o alguien para que esté en el local.
Cada dirigente, debe disponer de su tiempo de trabajo personal, para trabajar por la asociación en detrimento de su producción, su sustento y el de sus familiares.
Ante esta panorámica y lo que he vivido en este período eleccionario, me pregunto si, ¿valdrá la pena servir en un gremio?
Es tan grande la presión que vivimos quienes tenemos responsabilidades gremiales, que el propio candidato a la presidencia por la plancha Félix Bruno, ha manifestado que a raíz de los dos períodos en que dirigió la ALS, cayó en manos de Psiquiatras y desde entonces está medicado para poder dormir.
La actual experiencia, me ha llevado a terminar mi vida gremial y a convertirme en un miembro activo, pero sin responsabilidad dirigencial, porque el sacrificio, veo que no vale la pena.
Pensar que se trate de manchar el nombre de un profesional de la estatura de Frank Rodríguez, acusando a su gestión de excluir a miembros de la ALS del padrón, es muy lamentable. Jamás Frank se prestaría a hacer algo así de manera intencional.
Se cometen errores hoy, se cometieron antes y se cometerán en el futuro. Pienso que quienes aspiran a dirigir los destinos de nuestra Benemérita Asociación de Locutores de Santiago. Inc. deben pensar que hoy ellos apuntan con el dedo acusador, pero mañana con el mismo dedo podrían señalarlos.
Prudencia colegas. El viernes habrá una nueva directiva, y sea cual sea recibirá nuestro apoyo, nuestra solidaridad.
Lo que es difícil de rehacer, serán las amistades afectadas, algo que nunca ha debido suceder.
La suerte está echada, cualquiera que sea el resultado, que sea para el crecimiento de la clase.
Lo que dejo plasmado en este artículo, es a manera personal, no hablo en mi condición de directivo, que afortunadamente concluye el viernes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario