Por: Robert Cabrera
robertpcabrera@hotmail.com
Licey al Medio, Santiago; R.D.- 19 de octubre de 2020.- Este fin de semana expiró la víctima número doce de la explosión de un tanque en la distribuidora de gas licuado de petróleo COOPEGAS, ubicada en la carretera Peña, que une a las comunidades de Licey y Tamboril, sin que nadie haya pagado por este hecho fatal.
Una familia completa fue cayendo y las fotos publicadas sobre ellos, dan ganas de llorar ante la impotencia de ver a dos padres jóvenes y sus tres niños y saber que ya no existen, que sus vidas llenas de esperanza, no cumplirán sus anhelos de un futuro promisorio.
Este fin de semana, los ejecutivos de esa planta de gas, colocaron una vaya en la que expresan sus condolencias a los familiares de los caídos fruto de la explosión e informan que no se volverá a abrir la planta en el mismo lugar y que además, se resarcirán los daños a los familiares de los afectados.
Nos preguntamos: ¿habrá dinero suficiente en el mundo para pagar la irreparable pérdida de una familia de cinco miembros, o puede el dinero curar el dolor de los parientes de las doce personas caídas hasta el momento?
Mientras, la población sigue esperando que se tome acción y se sancione a los culpables de este gran desastre, que debe incluir en el expediente, no solo a la administración de la planta siniestrada, sino a los responsables de supervisarla.
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